AJAJAJAJAJAJAJAJAJ… no.
Desde luego no de ti,
examen.
No mereces ni que te mire,
no eres digno de mi letra, de mi boli o de la tinta azul que sale de él.
Mi nombre es demasiado maravilloso
como para posarse en tu sucia hoja.
¿Sabes una cosa?
Eres fácil y despreciable,
como ver la peli en lugar
de leerte el libro.
Tus respuestas son como la
Macarena porque todo el mundo se la sabe.
(Y si no te la sabes
todavía dejame decirte que vas muy perdido en la vida, amig@)
Así que no, no me das
miedo.
Porque cuando termine
contigo vas a tener tantos puntos que tus hojas parecerán el vestido de una
sevillana.
Y ahora dime, examen.
¿Asustado?
Deberías estarlo.
Carmen Vidal
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