Constancia. Cuánta admiración hacia está palabra. La que marca que un proyecto
continúa, que empezó con una idea...
¿ Y la falta de constancia?
Esa que nos
frustra y que no llegamos a justificar nunca. Probablemente no queramos llegar
al final de ese proyecto, quizás nos agobie, nos asuste e incluso nos llegue a
enfadar.
Empezar una nueva etapa a partir de un recuerdo bonito... que
nos dejó aquella constancia; sin saber si lo que se aproxima llegará a ser
mejor.
Melania Bardavio
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