Una bella mujer

Una bella mujer cubierta de espinas,
perfumada y vestida en terciopelos,
con una belleza congelada en instantes,
posterior caídas de sus pétalos,
por alguien poco cuidadoso.

Ella calló al fin,
rendida en el suelo,
sus pétalos rojos esparcidos por el suelo.
Terrible caída.

La muerte la mira,
sonríe y la recoge,
con guantes de seda,
lista para cuidarla,
con su guadaña.

Ella la corta de su débil y rota rama,
y la acoge en su casa, lugar de descanso.


Miriam Ruiz

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