Un cero a la izquierda y una cruz




Soy mujer, y ¡qué delito! oye.

Empiezo por la Edad Antigua, centrándome en la Biblia libro tan famosísimo, toda la historia remontándose al origen del universo. Ya mordimos la manzana y por nuestra culpa fueron todas las desgracias de la actualidad.  Mencionando lo clásico, hombres y repito hombres, cómo no…escribieron grandísimas obras como la querida Ilíada en la que somos raptadas, pero raptadas por amor, claro; un amor en el que fuimos engañadas por algo superior, querida diosa del amor.

Paso a la Edad Media, grandes caballeros nos defienden y batallan por sus territorios ¿y nosotras donde estábamos, qué hacíamos? ¿velar por ellos?

Bueno, querida Edad Moderna, supongo que en lo de moderna llevarás algo de cambio… Colón,  ya era hora de que descubrieras América, antropocentrismo, el hombre tan perfecto… Ya solo faltaba que encima se les subiera el ego, hagamos un gesto de agradecimiento, nos etiquetan en la donna angelicata, ideal de belleza femenino, qué gran honor.

 En las queridas luces se guiaron por la razón y se olvidaron de nosotras.

Ya no empiezo con la etapa de nuestra actualidad, que en pleno siglo XXI contemporáneo, y sí nombro el siglo porque espero que recordéis que he comenzado con el origen del universo, hoy en día da pavor que la figura de la mujer esté tan poco respetada, y sean asesinadas mujeres y mujeres. Seguir luchando por nuestros derechos suena hasta retrógrado. Parece que fuimos hechas para no servir nada más que para nuestra función biológica y llevar el suplicio de nuestra condición, ser mujer.




Melania

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