Vacía



Las luces de la sala se apagan. La única iluminación proviene de la pantalla de cine que tengo en frente. La película acaba de empezar y me acomodo en el asiento junto a mis amigas y un gran cubo de palomitas dejándome llevar por la magia del cine. Luz, sonido, acción trepidante, efectos especiales… ¿qué más se puede pedir?
Entonces un personaje dice algo gracioso que quiero comentar contigo. Te toco el hombro para llamar tu atención y me giro para hablarte. Sin embargo, cuando lo hago, descubro que a mi lado solo hay una butaca vacía.



Carmen Vidal Anglés

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